Con el fin de conservar este edificio, de un gran valor patrimonial y cultural para la ciudadanía de Pinoso, se está procediendo a realizar una importante actuación de rehabilitación del templo que va a permitir lucir de nuevo en todo su esplendor.
La última vez que se intervino fue en el año 2008 y para el párroco Harold Mauricio Delgado era prioritario mejorar las condiciones de habitabilidad del recinto, dado que se habían originado importantes grietas a consecuencia de la humedad que, con el tiempo, podrían ocasionar daños estructurales.
Las obras comenzaron en la Capilla de la Comunión, donde una de sus paredes prácticamente estaba derruida. Además de reparar las humedades se optó por pintarla completamente.
También se está renovando la fachada de la casa parroquial y ahora los trabajos se centran en el propio templo parroquial, para solventar los problemas de humedad. “Había grietas tan profundas llegaban hasta la piedra originaria del templo”, destaca el párroco.
Dos empresas locales se están encargando de las reparaciones. “Está suponiendo un esfuerzo económico importante, pero era necesario actuar para devolverle todo su esplendor”.
Para que las obras no afecten al culto, la misa de diario (de lunes a viernes) se celebra en la capilla, al igual que las misas mayores, de momento. Harold Mauricio Delgado pide un poco de comprensión a la ciudadanía, porque “la idea es que en unas semanas este todo terminado y la gente pueda apreciar el cambio. Un esfuerzo que era muy necesario”.
Además, en los próximos días se procederá al arreglo de la caldera, para que ahora que llega el invierno los fieles puedan estar en condiciones participando de la eucaristía.
Templo del siglo XVIII
El edificio fue construido en 1743 sobre el solar de una antigua ermita, con posteriores ampliaciones y remodelaciones hasta que en 1888 adquiere su actual aspecto, que se completó en 1899 con la Capilla de la Comunión, entre la torre-campanario y la capilla de la Inmaculada. Las principales restauraciones que se han llevado a cabo en el último siglo son las practicadas entre los años 1951 y 1959 (para reparar los daños ocasionados durante la Guerra Civil), y entre 1987 y 1989, cuando se actuó especialmente sobre la cubierta para eliminar filtraciones. Posteriormente se han llevado a cabo otras actuaciones como rehabilitaciones periódicas en los muros interiores y exteriores o la recuperación de la Capilla de la Comunión en 2011.
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