- Elisín Quilez Pérez ha tenido el honor de despojar el luto a la Virgen del Remedio
La Semana Santa de Pinoso concluye con la emotividad que desprende el Encuentro entre el Cristo Resucitado y la Virgen del Remedio. El día ha acompañado a la habitual alegría que acompaña esta jornada, con sol y buena temperatura, siguiendo la tónica de la semana.
La última procesión se caracteriza por su carácter de júbilo, los cofrades salen a la calle con la cara descubierta y las marchas son más alegres, todo para celebrar la Resurrección de Jesús.
La Procesión del Encuentro se ha desarrollado de la forma habitual, con la salida del Cristo Resucitado desde la Ermita de Santa Catalina acompañado de la imagen de San Pedro Apóstol y su hermandad, junto a la hermandad del Santísimo Cristo de la Buena Muerte, mientras que la Virgen del Remedio lo hacía desde el Templo Parroquial junto a la imagen de San Juan Apóstol y Evangelista, con las hermandades de Virgen del Remedio y San Juan, acompañadas de Nuestro Padre Jesús, Virgen de la Soledad y Virgen de los Dolores.
El público se ha concentrado en la Plaza de la Virgen del Remedio, para presenciar el encuentro entre el Cristo Resucitado y la Virgen del Remedio, al que le precede uno de los momentos más conmovedores de la Semana Santa, el despoje del luto a la Virgen. Este año, la señora Elisín Quílez Pérez, camarera de la Virgen, ha tenido el honor de quitar el velo negro a la Virgen del Remedio, antes de que esta avanzara hacia el encuentro con su hijo Resucitado. Elisín ha estado acompañada de familiares y amigos que han querido estar junto a ella en un momento tan emotivo.
El momento más álgido de la Semana de Pasión era acompañado de fuertes aplausos, vítores a la Virgen y la banda de música de la Unión Lírica Pinosense interpretando el himno de España.
Tras la procesión, se ha celebrado la solemne eucaristía, en la que ha participado el Coro Parroquial San Pedro Apóstol.
El colofón final llegaba con la concentración de tambores y cornetas a la Plaza del Ayuntamiento, donde destaca la alegría y el color, las distintas hermandades se mezclan e intercambian sus capas para celebrar el fin de fiesta como es ya costumbre en Pinoso, tocando marchas de Semana Santa e interpretando las figuras típicas del Remolinet de los Romanos.