Ayer, lunes 5 de mayo, se conoció la noticia del fallecimiento en Madrid de D. Manuel García Córdoba. Este sacerdote dejó una huella imborrable en Pinoso como vicario durante las décadas de 1960 y 1970, donde su cercanía y activa labor social marcaron una época. Su trayectoria lo llevó a ejercer como vicario General de la Diócesis de Albacete.
El Ayuntamiento de Pinoso ha transmitido sus más sinceras condolencias a familiares y amigos, destacando de Manuel García Córdoba su ejemplo de entrega y compromiso durante su etapa como párroco. El alcalde, Lázaro Azorín, se une al sentimiento del pueblo para lamentar la pérdida de una figura clave en la historia reciente de Pinoso, no solo por su labor en la parroquia, sino también por su implicación en el pueblo.
Manuel García Córdoba se distinguió por su compromiso con el bienestar de la comunidad de Pinoso. Su paso por la imprenta de Luis Vidal no era solo una forma de ganarse la vida, sino una oportunidad para extender su mano a quienes más lo necesitaban. Se sabía de las bicicletas que regaló a aquellos que luchaban por encontrar trabajo o simplemente moverse por el pueblo. Los salones de la parroquia se convirtieron en clases improvisadas para aquellas personas mayores que no sabían leer ni escribir.
Pero su visión iba más allá de las necesidades inmediatas, sembró la semilla de lo que hoy es el Pinoso C.F., uniendo a los muchachos en torno a la pasión por el deporte y los valores del trabajo en equipo. El primer centro juvenil de Pinoso fue otro fruto de su incansable labor, un espacio donde los jóvenes podían crecer, aprender y construir un futuro juntos.
Por todo ello, en abril de 2003, el Ayuntamiento de Pinoso, siendo alcalde Ramón Cerdá y edil de Deportes Fernando Azorín, decidió nombrar el Pabellón Municipal Cubierto “García Córdoba” en su honor. No fue una sorpresa para nadie; era el reconocimiento público y merecido a un hombre cuya huella imborrable se había tejido en el corazón de la sociedad pinosera. Su memoria perdurará en el corazón de los pinoseros y pinoseras como un ejemplo de entrega y amor por su comunidad.
Tras su destacada labor en Pinoso, Manuel García Córdoba continuó su servicio a la Iglesia como vicario general de la Diócesis de Albacete, asumiendo mayores responsabilidades dentro de la jerarquía eclesiástica. Su fallecimiento ha sido lamentado por innumerables personas que lo conocieron y apreciaron tanto en su etapa pastoral en Pinoso como en su posterior servicio en Albacete.