Un año más y dentro del marco de la Feria y Fiestas de Pinoso, se ha desarrollado el encierro infantil. El punto de salida el habitual el jardín Municipal, que pronto comenzó a llenarse de pañuelos al cuello, zapatillas listas para correr y un ambiente de emoción contenida. En esta ocasión han sido 3 imponentes toros que, lejos de infundir miedo, provocaba carcajadas allá por donde pasaba.
Decenas de niños y jóvenes, entre las que se encontraban las reinas y damas infantiles y la primera teniente de alcalde, Silvia Verdú, acompañados de familiares se agruparon en torno al recorrido hacia el polideportivo., el bullicio de los padres y el sol de agosto creaban el escenario perfecto para esta fiesta pensada para los más pequeños donde tampoco no faltó el agua.
A la señal de inicio, los toros comenzaron su “galopada” simbólica, empujado por varios voluntarios con tanto entusiasmo como humor. Los niños, divididos por edades, corrieron delante de él entre aplausos, gritos de emoción y algún que otro resbalón divertido.
El trayecto, cuidadosamente vigilado, no fue una simple carrera: fue una fiesta ambulante. A cada paso, se oía el sonido de las risas, el sonido de los móviles grabando y el ánimo de la vecindad que salían a las puertas para aplaudir el paso de los jóvenes corredores.
A la llegada al polideportivo muchos aprovecharon para hacerse fotos con los toros ahora más tranquilos, esperando la próxima embestida festiva.
Más que un encierro, fue una celebración de la alegría, la participación y la tradición adaptada a los tiempos. Un momento que, sin duda, quedará en la memoria de muchos pequeños… y de sus zapatillas, algo más gastadas que al empezar.