Desde hace unos días ya podemos ver por nuestros campos cuadrillas cortando racimos de uva y tractores cargados para llevarla a las bodegas del término municipal.
En el caso de la Bodega de Pinoso, en principio se espera una merma de cosecha con respecto al año pasado de entre un 15% y un 20%.
Según el técnico Javier García, “aunque partimos de la base que el año pasado fue un año con una producción alta, estamos hablando de una cosecha normal, tirando un poco a media-baja”. De hecho, la estimación es de unos 5.800.000 kg.
La calidad de las uvas, a fecha de hoy, es muy buena. Prácticamente no hay problemas de enfermedades como el oídio, salvo alguna parcela muy localizada. Y la plaga de la polilla del racimo tampoco ha hecho mucho daño, dado que la ola de calor del mes de agosto eliminó mucha población de la polilla.
Además, las lluvias de la pasada semana han venido muy bien para refrescar el ambiente y regar un poco las viñas que estaban más estresadas.
Otro dato que destaca García es que es que “la vendimia va un poco retrasada. La maduración de la uva está siendo lenta, lo que favorece que la composición de la uva esté equilibrada. De sanidad está estupenda y el tiempo acompaña”.
Como todos los años, la variedad mayoritaria es el Monastrell, aunque hay otras variedades tintas como Tempranillo, Syrah, Merlot, Garnacha Tintorera, etc… y variedades blancas como Macabeo, Airén, Sauvignon Blanc y Chardonnay.
De momento están entrando algunas variedades muy adelantadas como Merlot o Macabeo, esperando que el ritmo y la actividad en bodega se incremente conforme avance este mes. Javier García espera “que para finales de septiembre comience a entrar la uva monastrell, y ello supondrá que se retrase el final de la campaña para finales de octubre, si no hay contratiempos”.
