Hace 28 años, el número 99 de la revista El Cabeço se hacía eco de la inauguración de la Embajada de Pinoso en la Universidad de Alicante, acaecida el 29 de junio del año 1993, con un título muy sugerente: Un regalo de 40 millones de años.
En Radio Pinoso hemos recordado junto al alcalde Lázaro Azorín lo que supuso esa embajada simbólica, representada por un monolito vertical de mármol crema marfil extraído del Monte Coto, de 7 metros de altura y con 40 toneladas de peso, que se puede observar desde entonces en uno de los paseos más transitados del campus universitario de San Vicente del Raspeig.
En el acto inaugural participaron el entonces alcalde de Pinoso, Francisco Graciá, junto a miembros de la Corporación Municipal y el rector en funciones de la Universidad de Alicante, Francisco Ruiz, autoridades académicas y empresariales.
Lázaro Azorín ha destacado que aquel acontecimiento forma parte de nuestra historia, destacando que cada pieza de mármol de las canteras del Monte Coto que podemos encontrar en cualquier rincón es un trocito de nuestra tierra. Supone compartir el esfuerzo de las personas que trabajan en las explotaciones y por ello en estos últimos años estamos intentando colocar Pinoso en el mapa.
De hecho, ha comentado que esta misma mañana los ayuntamientos de Novelda y Monforte han presentado en Madrid su candidatura a albergar el puerto seco del Vinalopó, en la que ha estado más que presente el Corredor del Mármol y uno de los ejes es el mármol Crema Marfil. Una infraestructura que han conocido empresarios nacionales e internacionales.
Al recordar lo que para él supuso la noticia de la inauguración de la embajada de Pinoso hace 28 años ha mencionado que entonces el rector de la UA era Andrés Pedreño, que un año después pregonó la Feria y Fiestas, reconociendo que amaba Pinoso y que para él era un descubrimiento y un gran tesoro.
Según ha recordado, en aquellos años la UA ya contaba con una embajada de Elche, que regaló una réplica de la Dama, y con la creación de la embajada de Pinoso se dio un impulso a la presencia de otros municipios de la provincia en el campus.
Entre las anécdotas de aquella jornada recuerda que la parte más alta del monolito de desprendió en el traslado y el entonces alcalde, Francisco Graciá, declaró “Ai quina llàstima, el manolito se mos ha tallat”. Ello no supuso ningún problema, porque se pudo integrar la pieza y el monolito se instaló cerca de las facultades de Geografía y de Filología.
Azorín también recuerda que en su etapa como estudiante universitario, tanto para él como para otros alumnos pinoseros, despertaba en ellos una sonrisa ver cada día el monolito que representaba a su pueblo natal, porque supone un reconocimiento es muy importante.
Aquel hito marcó el comienzo de una larga relación con la UA, que ha llevado a Pinoso a disponer de un aula universitaria y esa relación también ha ayudado a promover iniciativas relacionadas con nuestra gastronomía más tradicional, con el arroz elaborado con sarmientos como plato estrella. “Es un arte para saborear y la UA incluyó dentro de su Máster de Arroces a Josefa Navarro, chef del Restaurante Paco Gandía, o el concurso de helados con sabor pinosero.
El alcalde ha reiterado su agradecimiento a la UA por tener en cuenta a los pueblos de interior de la provincia, recordando que en la visita Pinoseando por Alicante una de las paradas fue junto al monolito del que hoy conmemoramos su inauguración, y la otra parada fue en la explanada, otro lugar destacado con presencia de mármol Crema Marfil.